
Los nuevos evangelizadores llevan la imagen
peregrina del Inmaculado Corazón de María de Fátima a las residencias (también
a las tiendas, oficinas, y otros locales de trabajo), donde rezan con las
personas presentes. Además de las oraciones, es hecha una invitación para que
participen de la Santa Misa en la iglesia local, siendo
siempre grande el
número de personas que atiende la llamada, ya sea para reconciliarse con Dios,
o para alabarlo aún más, demostrando su creciente conversión.

Los Heraldos del Evangelio conducen la Imagen de María a toda clase de hogares, incluso a la de aquellos que ni siquiera se pueden
definir como “casas”, pero donde viven hijos de Dios, llevando consuelo a aquellas personas que frecuentemente se encuentran en condiciones mínimas de confort, pero que teniendo fe, esperanza y amor se identifican con la Sagrada Familia cuando ésta estaba en la gruta de Belén.

Las Misiones Marianas, fomentando la aproximación entre las personas y la Madre de Dios, han sido una excelente ayuda a la misión pastoral de la Santa Iglesia, en cooperación con los párrocos y demás personas dedicadas a la evangelización.
Durante el Mes de Mayo, los Heraldos del Evangelio han realizado Misiones Marianas en diversas localidades de nuestra geografía. Por ejemplo: Ciudad Pegaso, Las Rozas, La Moraleja, en Madrid; Linares, en Jaén; Valmojado, Chueca, en Toledo; etc.


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